lunes, 10 de enero de 2011

Sílení - Jan Svankmajer


Señoras y señores, la película que van a ver es una película de terror, con toda la decadencia propia del género. No es una obra de arte. Hoy, el arte está casi muerto, sustituido por el anuncio publicitario del rostro de Narciso reflejado en el espejo del agua. Puede ser entendida como un homenaje a Poe, del que he tomado diversos motivos; y al Marqués de Sade, al que la película debe la blasfemia y lo que tiene de subversivo.
La película propone, en escencia, un debate ideológico sobre la gestión de un manicomio.
En principio, hay dos maneras de hacerlo. Ambas son igualmente extremas. Una alienta la libertad absoluta; la otra, el método obsoleto y comprobado de vigilar y castigar. Pero hay un tercer método, que combina y resume los peores aspectos de los dos primeros. 
Es el manicomio en el que todos vivimos hoy.
Jan Svankmajer.


Sílení, Lunacy o Insanía, es una de las más recientes obras del director checo Jan Svankmajer. Como él mismo lo dice al inicio del film, es un homenaje a Edgar Allan Poe y al Marqués de Sade.  El simple hecho de saber que un cortometraje o película fue dirigido por él, asegura que no estás perdiendo tu tiempo y que aquello que estás a punto de ver es obra de una de las técnicas más bizarras de animación. Sílení no es para nada la excepción.


Entre escena y escena, podemos ver pequeños cortos de trozos de carne, cesos y lenguas animadas, tan características del director. 







Sílení expone la blasfemia y el sadismo no sólo como algo aceptable, sino como algo además, natural. Sin embargo, el mensaje principal de la película es lo importante que resulta la libertad y lo perjudicial que puede resultar privar a una persona de la misma. 


Para ello, Svankmajer utiliza como recurso un sanatorio mental. Pero no todo es libertad, también nos muestra lo que sucede cuando se rebasa la delgada línea entre libertad y libertinaje, haciéndonos pensar en lo importante que resulta un equilibrio. 


En lo personal, no soy nadie para contradecir a ninguna persona de la industria cinematográfica, y mucho menos a un director de semejante nivel, pero no puedo perdonarle a Svankmajer haber dicho que "no es una obra de arte". Juzguen ustedes mismos.

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